"El buen ejemplo se sigue fácilmente", es uno de los muchos refranes de la lengua holandesa. En Kuwait, la gente no conoce esta antigua expresión holandesa y valora sobre todo los conocimientos que se encuentran en los antiguos libros "sagrados". Por eso, las autoridades kuwaitíes introdujeron en su día los artículos de la ley 153 y 182, que coinciden exactamente con los escritos "sagrados". El resultado es una pena de prisión especialmente baja, de sólo 3 años, y/o una multa baja, de 39 euros, por matar a una esposa, hija o hermana cuando ha hecho algo malo, como cometer adulterio. Las autoridades kuwaitíes se esfuerzan por seguir el buen ejemplo de Siria, Emiratos Árabes Unidos, Túnez y Líbano, que ya han optado por abolir este tipo de leyes especiales injustas destinadas a rebajar las penas por matar o maltratar a las mujeres. Estos países argumentaron que querían adecuar sus leyes a las de la comunidad internacional. Los activistas de los derechos humanos señalan que la posibilidad percibida de ser atrapado y el nivel de castigo juegan un papel en la práctica de los crímenes de honor. En Irán, hay historias de padres que consultaron a un abogado penalista antes del asesinato de su hija para que les confirmara que la pena por matar a una hija es de sólo 3 años. Si las autoridades de Kuwait e Irán quieren realmente combatir los crímenes de honor de forma efectiva, es necesario que primero deroguen todas las leyes especiales diseñadas para proteger a los asesinos de honor de recibir sentencias justas.