Una refugiada iraní declaró en su solicitud de asilo en los Países Bajos que había huido de su país porque su hermano, que la había amenazado basándose en una acusación (falsa) de adulterio, había sido puesto en libertad. La Secretaria de Estado respondió que podía haber pedido a las autoridades iraníes que la protegieran de su hermano.

El 21 de abril, el Tribunal de Distrito de Utrecht dictaminó que el Secretario de Estado no tenía derecho a adoptar la postura de que la ciudadana extranjera podía pedir protección a las autoridades iraníes por las amenazas de su hermano, ya que había muchas dudas sobre esa hipótesis.

El Tribunal de Distrito estimó el recurso de la ciudadana extranjera, por lo que el Secretario de Estado tuvo que volver a evaluar esta solicitud de asilo.

En apoyo de su decisión, el Tribunal de Distrito se refirió a la nueva información del informe oficial sobre Irán de febrero de 2021. Este informe oficial es especialmente negativo sobre la forma en que las autoridades iraníes tratan la violencia relacionada con el honor.

Por ejemplo, el informe oficial expresa la sospecha de que las autoridades iraníes a veces clasifican los asesinatos por motivos de honor como desapariciones, accidentes, suicidios o muertes sospechosas, y el caso de Romina Ashrafi ilustra cuál es generalmente la respuesta de las autoridades cuando alguien busca protección contra la violencia relacionada con el honor.

Romina Ashrafi se había escapado de casa con su novio de 35 años después de que su padre no diera permiso para su matrimonio. Cinco días después, fueron detenidos por la policía. A pesar de que Romina se había quejado a la policía y al tribunal por el comportamiento violento de su padre, a éste se le permitió ir a recogerla. A continuación, su padre la decapitó en su habitación en mitad de la noche. Sólo recibió nueve años de prisión por ello.